viernes, 26 de agosto de 2016

Fugazmente

Cuando pasaste pedí un deseo. Fuiste tan fugaz que pensé que quizá se cumpliría.
Fuiste tan rápido que te concebí de otro planeta. Brillabas tanto que creía que eras una estrella, y que debía girar a tu alrededor. Entendía que la estela que proyectabas a tu paso eran trozos de ti, tu esencia, tú. 
Te estudiaba con detalle, miraba tu trayectoria, pero tu fugacidad me impidió hacerlo durante mucho tiempo. Sin más te fuiste, y yo pensé que mi deseo se cumpliría, porque es lo que suele ocurrir con las estrellas fugaces, ¿no?
A día de hoy, todavía no se ha cumplido, pero tengo esperanzas en ti. En una noche oscura fuiste la única luz en el firmamento, brillaste por un instante, pero lo hiciste. Sigo esperándote cada noche, a que pases de nuevo como pedí, pero nunca sucede. Aún así, sé que llegarás tarde o temprano, y que podré verte de nuevo, aunque sea como sueles pasar tú, fugazmente.


martes, 16 de agosto de 2016

Delfines

Te sigo desde hace tiempo. Veo tu trayecto,
que no lleva a ninguna parte.
Babor, estribor...A ti eso te da lo mismo.
El caso es perderte, huir.

Me acerco a tu barco y golpeo por debajo
¨delfines¨ te oigo decir desde la cubierta.
Sólo quiero que me prestes atención.

Cuando bajas al bote para explorar las aguas
nado a tu lado e incluso alguna vez me has visto; 
pero te niegas a creer lo que ves, diciendo de nuevo ¨delfines¨.

Navegas sólo, sin capitán, contramaestre ni tripulación,
será cierto que quieres perderte.
Emprendes rumbo en busca de la nada, sin brújula, lejos de la costa,
sin saber el manejo del timón ni de las velas.

Sigo aquí, quiero ayudarte, pero de nuevo oigo ¨delfines¨.
Sólo levaste anclas una vez, para partir,
¿por qué no las vuelves a amarrar?
Quiero hablar contigo, y repites tu palabra favorita ¨delfines¨.

Durante el tiempo que he nadado siguiendo tu barco
he podido pensar.
No quieres ayuda, niegas mi existencia,
quizá quieras perderte para encontrarte.

Pero navegas solo y no te enteras.
¡No soy un delfín, soy tu sirena!
Quiero ayudarte y me rechazas.

Quiero que te enfrentes a lo que temes,
y quiero ser aquello que te dé fuerza,
a pesar de que la fuerza haya estado en ti todo este tiempo.

Pero si prefieres perderte, iré en busca de otro marinero
que quiera encontrarse, pero no solo, conmigo.